viernes, 22 de junio de 2007

La danza de Sayaatoc



Nuestra unidad minera del norte aperturó Taller de Danzas en Sayapullo


Luisita tiene siete añitos, mirada dulce y rostro redondo y colorado como una manzanita norteña. No sabe aún leer pues sus padres no han podido cubrir los gastos que demanda matricularla en una escuela fiscal, tampoco escribe y ni siquiera se le permite disfrutar una niñez común de juego y alegría con sus amiguitos pues debe cumplir labores de pastoreo en Cruz Pampa, el caserío de donde proviene. Sin embargo, hoy es un día diferente para la humilde campesina. Minera Sayaatoc (MS) ha aperturado una escuela de danzas que se ha instalado muy cerca de su lejano caserío.

Entonces, Luisita, adepta al baile y fanática del grupo Néctar pese a su corta edad, ha recibido sus primeras instrucciones de baile de marinera. Esta vez sus padres han sido comprensivos y, tras las explicaciones dadas por la oficina de Relaciones Comunitarias de MS, ha aceptado que la menor de sus hijas asista a las clases.

Junto a ella son decenas los niños que aprenden a danzar gracias a la dedicación de Sandra Aguilar, una trujillana ex campeona regional de danza que, instalada en Sayapullo por su labor docente en el colegio secundario del distrito, fue convencida por MS para iniciar este taller, inédito en la zona.

Son 72 los alumnos de la escuela de danzas, seleccionados de un grupo de casi el doble de participantes. Todos competirán a fines de julio en un certamen que formará parte del programa conmemorativo por la fiesta patronal del pueblo. Las clases son lunes, miércoles y viernes en el caso de Sayapullo rural y fines de semana para los caseríos de Huancajanga y El Porvenir.

“Es obvio que hay que trabajar muy duro para poder insertar en estos muchachos en este arte, pero lo importante es que hay mucha voluntad de aprender y eso ayuda bastante” nos dice Sandra Aguilar, quien espera consolidar tres parejas de gran nivel en marinera, la primera de muchas variedades de ritmo que enseñará la escuela de Danzas Sayaatoc a los niños de Sayapullo. Para el aplauso.

No hay comentarios: